En la vida del individuo en solitario crea hábitos, crea un sistema que a él o ella se le facilita e incluso crea una red de costumbres, que para bien o para mal no hay quien los juzgue, ni quién los observa para recibir comentarios o críticas.
Al momento de encontrarse con una persona como una posible pareja, entran algunas dudas es cuando entra la incertidumbre tal ¿será que le gustaré?, ¿será posible que le agrade tal o cual cosa?; como también entra en juego el lado contrario de la persona a quien conocemos, por ejemplo se puede cuestionar también lo siguiente: Usa el jabón de manos para lavar los trastos ¿Qué clase de persona hace eso?, se levanta hasta tarde, ¿será que trabaja de noche?, o bien de tipo exclamación ¡Qué belleza de mujer para amarse tanto y tomarse tiempo para una ducha extendida!
Y así un sin fin de preguntas, cada persona es un mundo dice el refrán y ciertamente juntar dos mundos que encaje o que se acomode es bastante complicado, pues entra en juego la madurez, la economía, la clase social, las creencias, los estudios, las ideas, la religión y se puede enlistar muchísimo más pero se nos acaba la hoja y tu tienes tus propias variables.
Cuando entramos a la etapa de enamoramiento y las hormonas y todos los neurotransmisores, en especial la dopamina que nos vuelve ciegos, algunas preguntas y afirmaciones tienen un sin fin de justificaciones y la peor de todas será la de “cuando nos casemos se le va a quitar o va a cambiar”, “cuando se de cuenta que yo no soy el mismo tipo de persona que su ex, me va a ver de otra manera”. Y así se va la relación en espera de cambios, en espera de un milagro.
Cuando pasan un aproximado de tres años, la relación se empieza a ver desgastada y la queja principal es “Es que ya no es lo mismo de antes”.
Pero la pregunta real es “¿Ya no es lo mismo de antes o es que ya no lo amo como antes y en su faceta real, sin enamoramiento, ya no me gusta?”
Está claro que las parejas no deberían de esperar a llegar a un punto de NO RETORNO para tratar de solucionar lo que a primera vista se ve que ya están en crisis. ¿Quieres saber cuándo es el momento adecuado para ir a terapia? haz click en el link y entérate. https://cienciaypasion.com/cuando-es-el-momento-adecuado-para-ir-a-terapia/
La Terapia de Pareja (TP) consiste en un proceso complejo de relaciones entre el terapeuta y la pareja, donde los propósitos dejan de ser dirigidos hacia la problemática personal de los pacientes, para orientarse más bien al complejo sistema inter e intra personal de los cónyuges.
La TP pretende la solución de problemas inherentes a la relación de dos personas que deciden convivir íntimamente juntos (Pinto, 1999). La construcción de los problemas en una relación interpersonal difiere de su planteamiento: durante la construcción de un problema es la persona quien define las características del mismo, a la par que la solución es responsabilidad de una decisión
particular del sujeto; mientras que la definición requiere necesariamente de una negociación, la cual es resultado de la “dialoguicidad” (Maturana, 1997) entre los miembros, de la misma forma la planificación y ejecución de la solución deja de ser particular para convertirse en un proceso de interacción.
Aunque durante o al final de la terapia la pareja decida por el divorcio, éste no es el propósito de la TP cuya acción estará siempre dirigida a la solución de los problemas de la relación.
La terapia generalmente tiene éxito cuando se ha definido con precisión el objetivo terapéutico, de tal manera que sea posible identificar la solución acorde con las expectativas de los pacientes, a pesar de ello no es aconsejable iniciar el camino de la psicoterapia sin saber a dónde uno está yendo. De ahí la importancia de elegir bien al terapeuta y de ahí también la importancia de conocer bien el trabajo de cada uno de los terapeutas o su plan de trabajo, ya que las intervenciones van a variar de pareja en pareja, de terapeuta en terapeuta, es por eso la importancia de la lectura previa a elegir el terapeuta adecuado.