¿Qué son los Ftalatos?

¿Qué son los ftalatos?
Los ftalatos constituyen una clase de compuestos químicos con petróleo de amplia duración que se usan para mejorar
la flexibilidad y durabilidad de plásticos. También se usan en cosméticos y productos de belleza e higiene personal
para que la fragancia quede impregnada en los productos.

Con el uso universal de Ftalatos durante las últimas varias décadas y la producción anual a nivel mundial de más de
mil millones de libras, los Ftalatos son químicos comunes en el medio ambiente.

Por ejemplo, se encuentran en el aire y polvo interior. Los estudios de investigación demuestran que casi todos llevamos algún nivel de Ftalatos en el organismo.

¿Para qué se usa los Ftalatos?


Los Ftalatos se usan como suavizantes del plástico para ayudar a moldear y suavizar los juguetes y otros productos
plásticos. Productos tales como anillos de dentición para morder, chupones (chupetes), patitos de goma apretables
y libros de plástico suave son ejemplos de productos que usan los niños pequeños.

Los Ftalatos también se usan de forma frecuente en productos de belleza como perfumes, aerosoles para el cabello, cremas y champúes, pigmentos de tintura, selladores, adhesivos, esmalte de uñas y lubricantes.

¿Cuáles son los problemas para la salud?

Los estudios realizados en animales relacionan los Ftalatos con los defectos de nacimiento, trastornos hormonales y
cáncer. Algunos de los efectos perjudiciales para la salud de los Ftalatos son: pubertad precoz en las niñas, partos prematuros, infertilidad masculina y defectos de genitales.

“https://cchp.ucsf.edu/sites/g/files/tkssra181/f/BannedChemSp-1008.pdf”.

Vínculos con el desarrollo sexual

La industria química mundial produce casi seis millones de toneladas de ftalatos cada año. Algunos científicos, y un número cada vez mayor de gobiernos, han comenzado a sospechar de que podrían estar vinculados a la fuerte caída en la fertilidad masculina a nivel global en las últimas décadas.

En el primer mundo, reiterados estudios han mostrado que el recuento de esperma ha disminuido casi un 50 por ciento en el último medio siglo, además de causar problemas al desarrollo sexual de los niños en el útero materno.

Los químicos más volátiles se desprenden fácilmente de los plásticos y se ha demostrado que interfieren con el desarrollo sexual de fetos de ratas, interrumpiendo la producción de testosterona. Algunos estudios han sugerido efectos similares en humanos.

Además de la veda en los juguetes, la UE controla o prohíbe ciertos ftalatos en cosas como cosméticos y pinturas. También ha comenzado a estudiar restringir el uso de algunos ftalatos en otros productos, un proceso que probablemente tome años.

Estados Unidos ha limitado el uso de ciertos ftalatos en juguetes desde el 2008 y dice que está analizando la seguridad de otros. Australia prohíbe la venta de artículos que contengan más de un 1 por ciento de un solo ftalato.

Pero no todo está vinculado al presente, hay un poco de historia.

Si hay una conexión entre los ftalatos y los problemas de fertilidad en las personas, no serían los primeros químicos en haber tenido este impacto. El 10 de julio de 1976, una explosión destrozó una fábrica de pesticidas en la pequeña ciudad italiana de Seveso, liberando una densa nube de vapor que contenía el químico dioxina.

Nadie murió, y el accidente pasó prácticamente inadvertido, al menos inicialmente. Pero lo que siguió les dio a los científicos la primera impresión de que pequeñas concentraciones de químicos podrían tener un efecto desproporcionado sobre la fertilidad humana.

Unas pocas horas después de la explosión, comenzaron a aparecer lesiones similares a quemaduras en los niños del lugar. En las semanas subsiguientes muchos desarrollaron cloracné, un severo desorden dermatológico que se manifiesta en puntos negros, quistes y pústulas.

En los años siguientes al accidente, nació una proporción inusualmente elevada de niños de padres que estuvieron expuestos a la nube de químicos. Esos mismos niños crecieron y tuvieron un recuento de espermatozoides anormalmente bajo, según mostraron estudios médicos posteriores.

Tal como Seveso nos enseñó mucho sobre las dioxinas, ahora estamos aprendiendo más y más sobre los ftalatos – no debido a un incidente determinado, sino porque los científicos están estudiándolos cada vez más de cerca en su carrera por comprender tendencias como el deterioro de la fertilidad masculina.

En las ratas preñadas, numerosos estudios han demostrado que la exposición a algunos ftalatos reduce los niveles de testosterona en los fetos machos, interfiriendo con el normal desarrollo del pene y el descenso de sus testículos.

Pero no fue hasta 2005 que los científicos establecieron la conexión entre los químicos y los cambios en los humanos.

Un grupo de investigadores de la Rochester University en Nueva York, estudió la masculinidad de los niños recién nacidos. A modo de indicador, ellos midieron la distancia entre el ano y la base del pene -la distancia anogenital- que en los machos es de dos veces el largo que en las hembras, y a menudo es usado por científicos como indicador de la masculinidad.

Las bajas distancias anogenitales están asociadas con problemas en la salud reproductiva, como la criptorquidia y los penes deformes.

Los investigadores luego compararon esa medida con los niveles de ftalatos en la orina de las madres de los niños.

“Encontramos eso en los bebés varones, tal como lo predijeron los estudios sobre animales; cuando la madre estuvo expuesta a algunos ftalatos, los niños experimentaron cambios en su desarrollo reproductivo, que no estaba completamente masculinizado”, dijo Shanna Swan, quien dirigió el estudio.

La reputada publicación Environmental Health Perspectives calificó al estudio del equipo de Swan como “el trabajo del año” en el 2009 por su enorme repercusión sobre el pensamiento actual sobre los ftalatos.

La investigación no fue perfecta -con sólo 134 infantes, el tamaño de la muestra resultó muy pequeño- pero Swan está trabajando en un nuevo, mayor y más riguroso estudio que podría ayudar a confirmar estos resultados científicos.

Del Sexo a los alimentos

Mucho se puede hablar de los juguetes para niños y los juguetes para adultos, ya que por el material se puede acusar de contener Ftalatos, se recomienda que siempre que veas cualquier compra de plàstico te asegures de que esté libre de Ftalatos ya que el control es muy bajo en todas partes.

Los científicos están empezando a entender mejor cómo ingresan los ftalatos en nuestros cuerpos. Uno de los principales canales podría ser la comida que comemos. En un estudio alemán del 2006, tres voluntarios se abstuvieron de comer durante 48 horas, bebiendo sólo agua mineral, mientras se medían sus niveles de ftalatos en la orina.

Dentro de las primeras 18 horas, los niveles de DEHP se desplomaron y permanecieron bajos durante las 30 horas subsiguientes, lo que sugería que la comida era la fuente principal de ingreso de ftalatos al organismo.

“Estoy seguro de que la comida es la principal ruta de exposición al DEHP, pero picos en los niveles de ftalatos vistos en el estudio muestran que también hay otras rutas de exposición. Sospechamos que los ftalatos están llegando a los alimentos por medio de los plásticos usados en las etapas de procesamiento,” dijo Dr. Holger Koch, que dirigió el estudio.

“https://www.americanchemistry.com/default.aspx”

A manera de recomendación valdría la pena realizar un estudio correlacional en la que se estudie cuál es la fuente que más ingresa Ftalatos al organismo tales como el uso en material, el consumo y la producción.

Aunque siempre se recomienda en este caso que antes de emplear plásticos para el uso diario, hay que saber que algunos tipos podrían ser perjudiciales para la salud, por lo se debe elegirlos bien.

Aunque este material ofrece grandes ventajas en precio y características, algunos tipos podrían desencadenar consecuencias para la salud, sobre todo cuando se usan para guardar alimentos o tomar bebidas (pachones, vasos o termos). Aquí la explicación: todos los productos plásticos comienzan su vida como pequeños fragmentos de resina. Para hacer una botella de plástico, una cortina de baño o un juguete, los fabricantes añaden químicos que le dan color final, maleabilidad, robustez o inflamabilidad.
http://www.sica.int/presanca

¿Qué plásticos se deben usar?

Gregory Baxter, de PlasticPure y Certichem, señala que los ftalatos y el bisfenol A son disruptores del sistema endocrino que interfieren con la función de las hormonas, si son utilizados por un largo período y a temperaturas extremas, pueden causar problemas reproductivos, neurológicos, inmunológicos, diabetes u obesidad.

Sin embargo, Guzmán asegura que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer no los clasifica como carcinógenos.

El ftalatos y el bisfenol A se encuentran principalmente en productos plásticos como botellas, biberones, cortinas de baño, contenedores, juguetes, vasos y platos desechables, productos cosméticos y detergentes, agrega Baxter.

Es aconsejable elegir plásticos que no liberen estas sustancias, especialmente si son envases para guardar alimentos, y que corresponden a la clasificación de reciclaje 1, 2, 4 y 5. “Se recomienda utilizar recipientes de cerámica o vidrio, especialmente si va a calentar alimentos”, dice Guzmán.

Consejos

Utilizar vasos de vidrio, platos de porcelana y cubiertos de metal o madera.

Usar cantimploras metálicas.

Comprar juguetes que contengan menos plástico .

Usar frascos de vidrio para guardar alimentos.

No calentar comida en recipientes plásticos, sino de vidrio o cerámica.

Elegir productos envasados en vidrio.

Si en dado caso te causa curiosidad y consideras que deseas saber la contra parte puedes dirigirte al siguiente estudio y crear otra perspectiva acerca del tema. https://www.chemicalsafetyfacts.org/es/ftalatos/

Ciencia y pasión recomienda realizar un estudio correlativo.

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